Duende acuarelado

A esta ilustración le tengo especial cariño. Fue una de mis primeras incursiones en el fascinante mundo del color acuarelado.

La paciencia no era precisamente mi mayor virtud por aquel entonces. Escribí esta especie de "meikingof" el día de su realización :

Tutorial acuarelístico

• A quien no madruga no le ayuda ni Dios.
• La cantidad de agua utilizada para disolver el pigmento es inversamente proporcional al efecto deseado.
• El papel siempre se comba, es su naturaleza.
• Ya habrá tiempo de saturar más el color, frenate! La gracia de la acuarela está en los interesantes efectillos de las sutiles aguadas... Te frenes, coño!
• Ya no hay vuelta atrás. O lo dejas y empiezas de nuevo, con el retraso que ello conlleva (vuelta a preparar el papel, calcar el dibujo lleno de simpáticos y múltiples detalles, etc.) o intentas camuflar la gamba con estilo y buen humor.
• Oh, qué interesante efecto! Voy a aplicarlo aquí y allá!
• Cagüen la mar, no tengo medida.
• Vaya, parece que esto marcha. I'am simply the best!
• La felicidad no dura eternamente. Fue bonito mientras duró.
• Kit-kat.
• Miedo escénico. Continúo o no continúo? That's the question.
• Que sea lo que Dios quiera... Al ataqueeeerl!!!
• Cielos! Me he comido medio árbol por la face. He de repasar el cascabel del gorro del duendecillo saltarín o me pasará lo mismo. Quién me mandaría dibujar tan fino?
• Qué curioso, algunos pinceles chinos sufren una alopecia galopante. Lo están poniendo todo perdido.
• Porqué me habré adentrado en el bosque? Tengo miedo!
• Bueno, no está tan mal, podría ser peor.
• Efectivamente puede ser peor.
• Ves como todo tiene solución, mujer de poca fe? Yastá!
• Una retirada a tiempo es una victoria. Lo dejaré así de momento, que parece que ha quedao bien.
• Mañana será otro día.